Tomar contacto con la experiencia sobre el plan integral de seguridad de Lobos, Buenos Aires, –publicado en detalle en esta edición– constituyó un hecho que no puede pasar desapercibido, por lo menos, desde este medio de comunicación, y esperamos que lo mismo suceda con la totalidad de las instituciones presentes en la charla brindada en esta ciudad.
¿Por qué otorgarle tanta importancia a este programa? Simplemente porque demuestra, desde la propia experiencia de una localidad de nuestro país, que existe una realidad diferente donde la seguridad es posible.
Hace algunos años Lobos era como cualquier ciudad de Argentina, signada por hechos delictivos con alto nivel de violencia, entre ellos, asesinatos, violaciones y robos con armas de fuego.
Sin embargo, hoy la realidad es otra. Basados en la decisión política de combatir la delincuencia, el compromiso ciudadano y la revalorización de la fuerza policial, fue posible lograr una seguridad rural total y una reducida inseguridad urbana.
Entonces, si existen alternativas posibles, ¿por qué los medios sólo deciden proyectar en su agenda la violencia existente? Sí es indiscutible que el nivel de inseguridad es muy alto, pero por qué no difunden estas otras realidades que se posicionan como caminos alternativos a imitar.
Los ciudadanos desde su sentido común piden bajar el nivel de imputabilidad, la pena de muerte, y defienden la justicia por mano propia.
Pero es necesario detenerse por un instante y reflexionar si estas son medidas preventivas o sólo se limitan a atacar el problema cuando éste ya sucedió, o sea, cuando el delito fue perpetrado.
Indiscutiblemente es imperioso incorporar cambios en la materia, pero estos deben ser profundos. Es necesario el compromiso de toda la sociedad, de las instituciones públicas como privadas, comenzando por la voluntad política de los representantes de turno de combatir todos los intereses en juego. Ellos son quienes tienen la posibilidad de convocar a todos los sectores y promover desde allí cambios.
El plan integral de seguridad de Lobos fue reconocido por la ONU, el Senado de la Nación y la Legislatura de Australia. Estos datos no son menores; por el contrario, legitiman el programa implementado y sus resultados.
Entre otras características, en Lobos tomaron un plan de EEUU y lo adaptaron a sus posibilidades. Es una localidad en la que hoy trabajan en conjunto la municipalidad, los ciudadanos y una policía que en la actualidad es respetada.
Es imperioso que en Santa Fe, y en Villa Gdor. Gálvez en particular, comencemos a conducir un cambio desde la creación de programas factibles de implementación. Esto quiere decir, que no debemos quedarnos en lo discursivo –principalmente en estas épocas electorales–, sino aplicar los pensamientos en estrategias concretas.
Si Lobos adaptó un programa de EEUU, hagamos lo mismo en función de las posibilidades de Villa Gdor. Gálvez. Si la alternativa es el trabajo mancomunado, cabe preguntarse qué estamos esperando las instituciones y ciudadanos de esta ciudad.
Muchos hablan de inseguridad. Nosotros preferimos decir que la seguridad es posible; trabajemos para lograrla. Estamos JUSTO A TIEMPO.
¿Por qué otorgarle tanta importancia a este programa? Simplemente porque demuestra, desde la propia experiencia de una localidad de nuestro país, que existe una realidad diferente donde la seguridad es posible.
Hace algunos años Lobos era como cualquier ciudad de Argentina, signada por hechos delictivos con alto nivel de violencia, entre ellos, asesinatos, violaciones y robos con armas de fuego.
Sin embargo, hoy la realidad es otra. Basados en la decisión política de combatir la delincuencia, el compromiso ciudadano y la revalorización de la fuerza policial, fue posible lograr una seguridad rural total y una reducida inseguridad urbana.
Entonces, si existen alternativas posibles, ¿por qué los medios sólo deciden proyectar en su agenda la violencia existente? Sí es indiscutible que el nivel de inseguridad es muy alto, pero por qué no difunden estas otras realidades que se posicionan como caminos alternativos a imitar.
Los ciudadanos desde su sentido común piden bajar el nivel de imputabilidad, la pena de muerte, y defienden la justicia por mano propia.
Pero es necesario detenerse por un instante y reflexionar si estas son medidas preventivas o sólo se limitan a atacar el problema cuando éste ya sucedió, o sea, cuando el delito fue perpetrado.
Indiscutiblemente es imperioso incorporar cambios en la materia, pero estos deben ser profundos. Es necesario el compromiso de toda la sociedad, de las instituciones públicas como privadas, comenzando por la voluntad política de los representantes de turno de combatir todos los intereses en juego. Ellos son quienes tienen la posibilidad de convocar a todos los sectores y promover desde allí cambios.
El plan integral de seguridad de Lobos fue reconocido por la ONU, el Senado de la Nación y la Legislatura de Australia. Estos datos no son menores; por el contrario, legitiman el programa implementado y sus resultados.
Entre otras características, en Lobos tomaron un plan de EEUU y lo adaptaron a sus posibilidades. Es una localidad en la que hoy trabajan en conjunto la municipalidad, los ciudadanos y una policía que en la actualidad es respetada.
Es imperioso que en Santa Fe, y en Villa Gdor. Gálvez en particular, comencemos a conducir un cambio desde la creación de programas factibles de implementación. Esto quiere decir, que no debemos quedarnos en lo discursivo –principalmente en estas épocas electorales–, sino aplicar los pensamientos en estrategias concretas.
Si Lobos adaptó un programa de EEUU, hagamos lo mismo en función de las posibilidades de Villa Gdor. Gálvez. Si la alternativa es el trabajo mancomunado, cabe preguntarse qué estamos esperando las instituciones y ciudadanos de esta ciudad.
Muchos hablan de inseguridad. Nosotros preferimos decir que la seguridad es posible; trabajemos para lograrla. Estamos JUSTO A TIEMPO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario